Las partes de mí que te aman son seres vacíos

Real y animación / 10 min./ 35 mm. / 1995

Seleccionado a competición en el Festival Internacional de Berlín. Nominado a los premios GOYA en cortometraje de animación en 1996. JINETE IBÉRICO EN EL FESTIVAL INTERNACIONAL DE HUESCA. MEJOR FILM EXPERIMENTAL EN HOUSTON.  Premiado en el Festival Internacional de Cine Experimental de Madrid. MEJOR DIRECCIÓN ARTÍSTICA EN ALCALÁ DE HENARES. GOLD PLAQUE DEL FESTIVAL DE CHICAGO

Un relato de tintes míticos

Narración de corte surrealista con tintes macabros desarrollando una particular puesta en escena. Dos amantes comen lo que les gusta de su pareja, la mutua ingesta les llevará a un viaje astral en torno a Gea, el espíritu de la Tierra, y su fecundación. Mostrando el deseo como un acto caníbal Mercedes Gaspar lo convierte en un fastuo hipnótico, a pesar de su crudeza y perversidad.


«El poder expresar otros mundos, sean soñados, paralelos, pensados, o vividos en otro tiempo, me gusta. El cine permite fácilmente hacer vivir al público estos mundos.» (Mercedes Gaspar)


A partir de un relato de tintes míticos Mercedes Gaspar desarrolla el cuento fantástico “Las partes de mi que te aman son seres vacíos” una metáfora sobre la angustia producida por un amor-pasión incontrolable que hace devorarse el uno al otro con la frustración de no ser capaces de poseerse completamente. La familiaridad conceptual con Luis Buñuel (la autora también nació en Calanda) se hace patente en este trabajo donde dos comensales amantes se ofrecen mutuamente pedazos de su propio cuerpo al otro para que lo coma, o se integre en él. «En este mundo onírico surrealista los objetos y partes del ser están humanizados y sin embargo los personajes, llevan vestidos que representan edificios.» La recíproca ingesta llega al éxtasis al materializarse el espíritu de la Tierra, encima de ellos, que se traga sus cuerpos astrales. La caótica muerte de ambos amantes finalmente es dispuesta en el orden cósmico.

La máxima muestra de amor

Amor total que desmiembra a bocados a su amante, amor antropófago, casi necrófago, que muestra una ardor carnal de inmolación por un impulsivo deseo de plenitud, al completarse mutuamente y alcanzar la totalidad espiritual. Las raíces del culto antropofágico parten de la antigua creencia en la que se practicaba con seres amados fallecidos por causas naturales, para ayudarles a lograr un lugar entre los dioses y proporcionar alguna fortuna a la familia. Claro ejemplo es el de la frase de la Última Cena: «Tomad y comed, este es mi cuerpo; tomad y bebed, ésta es mi sangre.», como máxima muestra de amor. Seres opuestos que se complementan devorándose mutuamente que, como materialización de la belleza esencial.


El tratamiento como fantasía poética rebaja la crudeza que podría tener este relato sobre lujuria sublime, que vulnera las reglas morales al deleitarse con lascivia en la carne hacia un ideal de la muerte para lograr el amor pleno. Nunca los ritos son baldíos, detrás del cual existe un mito que, a su vez, esconde un saber. En “Las partes de mi que te aman son seres vacíos” los devoradores devorados se transmuta en una prolongación de la belleza sublimada, perdiéndose en la abstracción espiritual de la que surge nuevamente la vida.

Ficha técnica

Título: Las partes de mi que te aman son seres vacíos

Dirección: Mercedes Gaspar

Producción: Mercedes Gaspar. 1995.

Guión: Mercedes Gaspar

Dirección de arte: Puerto Collado

Animación: Arantxa Etxebarría, Mateo Palmer

Efectos especiales: Ira Holm, Peter Nanev

Vestuario: Teresa Mora

Fotografía: Ángel Sáenz, Cesar Hernando

Música: Jose Carlos Mac

Actores: Patricia Luna, Ángel Lafuente

Montaje: Ángel López de La Llave, Mercedes Gaspar


Duración: 00:10:00

Lenguajes: Español

Formato original: 35 mm

Formatos: Betacam Digital – DVD

Sistemas de TV: NTSC – PAL

Licencia: Copyright